Compañía
Somos una compañía medica con sede en la ciudad de Nueva York, integrada por médicos certificados en Medicina del Estilo de Vida y profesionales altamente calificados en las distintas áreas que conforman la Medicina del Estilo de Vida. Ofrecemos servicios a personas, familias, comunidades y empresas con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar a través de la prevención, el tratamiento y la potencial reversión de enfermedades crónicas mediante programas de estilo de vida.
¿Qué es la Medicina del Estilo de Vida?
Medicina del Estilo de Vida (MEV), se define como la práctica basada en la evidencia, de asistir a individuos y familias en la adopción y mantención de conductas que mejoran la salud y calidad de vida. Se enfoca en tratar la causa subyacente de las enfermedades, buscando prevenirlas desde su origen, lo que tiene un impacto directo en la salud a largo plazo; basándose en los siguientes 6 pilares: alimentación saludable, realización de actividad física periódica, sueño adecuado, manejo del estrés, cese del uso de sustancias tóxicas y adecuada sociabilización. Esta disciplina de la medicina, ha demostrado ser efectiva en la prevención, manejo y a veces reversión de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT). Se estima que el 80% de las enfermedades crónicas no transmisibles podrían prevenirse llevando un estilo de vida más saludable. La MEV promueve transformaciones en comunidades, sistemas de salud y políticas públicas, con el objetivo de crear un entorno que favorezca estilos de vida más saludables
Nuestros pilares

La alimentación es uno de los pilares fundamentales de la Medicina del Estilo de Vida. No solo nutre nuestro cuerpo físico, sino que influye directamente en nuestra energía, nuestro bienestar emocional y nuestra conexión con el entorno.
En esta propuesta, la alimentación basada en plantas se presenta como una herramienta poderosa y respaldada por la evidencia científica para prevenir, tratar e incluso revertir enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión, dislipemias, enfermedad cardiovascular y algunos tipos de cáncer. Este enfoque nutricional prioriza alimentos en su estado más natural y mínimamente procesados: vegetales, frutas, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas.
Numerosos estudios demuestran que una dieta predominantemente vegetal puede reducir la inflamación crónica, mejorar la sensibilidad a la insulina, regular el colesterol y favorecer una microbiota intestinal diversa y saludable, impactando positivamente en el sistema inmunológico, hormonal y digestivo.
Pero no se trata solo de nutrientes. Se trata de recuperar el vínculo con lo que comemos, con el acto de nutrirnos y con las señales naturales de nuestro cuerpo. Comer más plantas no es una moda: es una invitación a reconectar con la vitalidad, a mejorar la calidad del descanso, a tener digestiones más ligeras y una mente más clara.
Desde esta mirada integrativa, la alimentación no se reduce a calorías o macronutrientes: es una práctica diaria de autocuidado, una forma de habitar el cuerpo con conciencia y de alinearnos con la salud, desde lo simple y lo posible.

“El ejercicio es medicina” Si pudiéramos prescribir a cada persona la cantidad exacta de nutrición y ejercicio, ni mucha ni poca, habríamos descubierto la senda más segura hacia la salud
Mantenerse físicamente activo es uno de los mas efectivos y documentados modos de mantener un estado saludable. Jóvenes o adultos, incluso adultos mayores o muy mayores, hombre o mujeres, atletas o no, delgados o con sobrepeso, el beneficio del ejercicio es extensivo y robusto. En realidad, todo individuo, incluso quienes tengan diagnostico de enfermedades crónicas como: hipertensión arterial, diabetes, obesidad, cáncer, colesterol elevado, se van a beneficiar con la practica de ejercicio; al final del camino, el cuerpo humano esta diseñado para estar en movimiento.
El impacto beneficioso del ejercicio en los órganos y sistemas de nuestro cuerpo son:
Circulatorio: aumenta el colesterol bueno (HDL) y baja el malo (LDL), disminuye la presión arterial, aumenta el volumen que expulsa el corazón.
Piel: ayuda a mantener una piel que luce joven, suave, flexible.
Sistema gastrointestinal: regula la digestión, mejora la constipación, el pronostico en cáncer de colon, en enfermedad diverticular, etc.
Sistema endocrino: mejora la sensibilidad a la insulina (prediabetes), la liberación de hormonas del bienestar
Sistema inmunológico: mejora la inmunidad y disminuye la tendencia a las enfermedades infecciosas y autoinmunes
Sistema musculoesquelético: mejora la estructura muscular, evita la sarcopenia, mejora la osteoporosis, mejora el perfil metabólico y el estado de animo
Sistema nervioso: reduce el nivel de estrés
Sistema urinario: efecto positivo en la filtración renal y mantenimiento de la presión arterial
Sistema reproductivo: un nivel de actividad física moderada en mujeres, mejora la salud reproductiva a través de regular el ciclo menstrual, ovulación, y fertilidad, además mejora la disfunción endotelial lo cual mejora la disfunción eréctil en el varón
Sistema respiratorio: mejora el intercambio de gases como el oxígeno y el dióxido de carbono.
Ya conocemos que De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) aproximadamente un 60% de la población a nivel mundial, no realiza suficiente actividad física, lo que se denomina sedentarismo. Lo más preocupante que esta cifra en los años siguientes puede ser mayor en niños y adolescentes
Las recomendaciones globales en adultos: Los adultos deben acumular a lo largo DE LA SEMANA un mínimo de 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa o moderada (respectivamente), o bien un mínimo de entre 75 y 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa
Como comenzar de manera creciente en crear un hábito de actividad física:
Propuestas:
- Menos actividad pasiva: esta primera opción te invita a cambiar un estilo de vida sedentario a uno en movimiento; para ello, comenzar con prescripción genérica de 30-60 minutos la mayoría de los días, a una baja intensidad, no requiere evaluaciones medicas complejas y comenzará a producir cambios en tu salud.
- Actividad eventual, la mayor parte del día: podrás incluir en el día algunos cambios como: caminar en lugar de usar el carro, bajar una estación antes del metro o el bus para caminar la distancia que resta a tu objetivo, utilizar escaleras en lugar de elevadores, etc)
- Actividad planificada: Esta prescripción, te recomendamos que sea siempre a la misma hora del día y la llamaremos “programada” (esta estrategia es muy importante para disciplinar a la mente en un cambio de hábito).
Estas tres propuestas las puedes implementar en cualquier lugar y momento en el dia, en tu lugar de trabajo, hogar, lugar de estudio. Puedes poner una alarma cada 90 minutos que te estará recordando en qué momento realizar movimientos (repetitivos), los llamamos “snacks”. Estos snacks te pueden ser útiles en todo ámbito que te encuentres.
- Utiliza las escaleras: si trabajas en una oficina de varios niveles, es sencillo caminar por el pasillo y tomar el elevador al ascensor; si eliges subir y bajar las escaleras, harás un ejercicio cardiovascular muy necesario que tu corazón agradecerá.
- Mueve los pies: mover rápidamente los dedos de los pies debajo de tu escritorio es otra forma de hacer que tu corazón bombee y quemes calorías. Si puedes, levántate de tu escritorio cada 45 minutos aproximadamente y trota en el mismo lugar durante unos 60 segundos (o busca un lugar donde puedas hacerlo).
- Camina un poco: levántate y camina. Tómate cinco (o 10) segundos y camina por la oficina, o mejor aún, sal a los pasillos y recórrelos, al ritmo más rápido que puedas.
- Sentadillas: al igual que trotar en el mismo lugar, también puedes hacer sentadillas en el mismo lugar. Estas son buenas para los glúteos y las piernas y harán que tu sangre bombee. También puedes trabajar las pantorrillas; mientras estás de pie frente a la impresora esperando esas 200 copias, haz algunas elevaciones de pantorrillas (te pones en puntillas de pie de manera repetida).
- Contra la pared: De pie con la espalda contra la pared, dobla las rodillas y desliza la espalda por la pared hasta que los muslos estén paralelos al piso. Siéntate y mantén la posición durante 20-30 segundos”.
Para llevar un control de tu propia gestión de la actividad física, es útil la siguiente formula:
Volumen de actividad física (energía gastada) = frecuencia (semanal) x intensidad (velocidad o peso) x duración (tiempo o repeticiones).

¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibe como desafiantes o amenazantes. Puede ser útil en ciertos momentos, ayudándonos a reaccionar y adaptarnos, pero cuando se vuelve constante o intenso, puede afectar nuestra salud física, mental y emocional.
El estrés no es solo un estado mental: es una experiencia integral que afecta el cuerpo, el cerebro y la energía vital. Cuando el estrés se vuelve crónico, el sistema nervioso permanece en alerta constante, como si estuviera respondiendo a una amenaza permanente. Esta activación sostenida debilita nuestras defensas, altera el equilibrio hormonal, afecta la digestión, el sueño, la memoria y la capacidad de tomar decisiones con claridad.
El cerebro cambia cuando vivimos en modo supervivencia. Se refuerzan los circuitos del miedo y la ansiedad, y se debilitan los que nos permiten conectar, reflexionar y crear. El cuerpo, por su parte, no distingue entre una amenaza real y un pensamiento repetitivo cargado de preocupación: reacciona igual, liberando las mismas sustancias químicas una y otra vez, lo que con el tiempo impacta profundamente la salud física y emocional.
Pero así como el estrés deja huella, también lo hace la calma. Volver al cuerpo, a la respiración, al momento presente, es el primer paso para desactivar esa respuesta automática y empezar a habitar un estado más consciente. Prácticas como la meditación y el mindfulness han demostrado ser herramientas muy efectivas para reducir el estrés, ya que entrenan la mente para estar más presente y menos reactiva. Alimentarnos mejor, movernos, descansar, vincularnos desde la presencia, conectar con lo que amamos, no son simples hábitos, son prácticas que envían señales de seguridad al sistema.
La medicina del estilo de vida no busca solo aliviar síntomas, sino acompañar una transformación en la forma de vivir. Porque la salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino una coherencia profunda entre lo que pensamos, sentimos, elegimos y hacemos.
Y esa coherencia también se entrena.

Que es el sueño? Es una actividad diaria y universal. Es un proceso esencial para el reposo y la restauración de nuestro organismo.
Cuantas horas son necesarias para lograr un buen descanso?
La cantidad de horas varia de acuerdo a la edad, como vemos en la tabla:
Edad | Horas de sueño necesarias |
Hasta los 2 meses | 12 a 18 Hs |
3 a 11 meses | 14 a 15 Hs |
1 a 3 años | 12 a 14 Hs |
3 a 5 años | 11 a 13 Hs |
5 a 10 años | 10 a 11 Hs |
10 a 17 años | 8,5 a 9,5 Hs |
17 a más años | 7 a 9 Hs |
Por que es importante un buen descanso?
El mal descanso nocturno por periodos prolongados de vida, aumenta el riesgo de desarrollar diabetes, obesidad, hipertensión, disminución de las defensas, aceleración del envejecimiento, ansiedad, depresión, osteoporosis, etc.
Cuales son las posibles barreras que debemos identificar que entorpecen el buen descanso:
- Estrés
- Hiperglucemia
- Enfermedades de la tiroides
- No priorizar el sueño
- No tener una rutina de descanso
- Exceso de luz ambiente
- Mirar el reloj o el smartphone al no poder dormir
- Dormir siestas prolongadas (mas de 30 min al día
- Consumir exceso de cafeína o consumir alcohol
- Irnos a dormir con enojo o saturado de tareas pendientes
Recomendaciones para un buen descanso nocturno:
Preparación | Entrono |
o Establecer una rutina del sueño (hora de dormir y hora de despertar) o Hacer actividad física regular a la mañana o luego del mediodía o Tomar diariamente contacto con la naturaleza o Limitar consumo de café y tabaco o Abolir consumo de alcohol o Leer, meditar o elongar previo a irse a dormir o Evitar pantallas y evitar mantener el smartphone en el dormitorio o Tomar una ducha caliente previo a acostarse | o Utilizar solo la habitación para dormir o Mantener la habitación confortable, temperatura de 20ªC, con oscuridad total o Cenar al menos 2 horas antes del horario de dormir o EN caso de dormir siesta, no hacerlo por más de 30 minutos |

Mantenerse alejado del tabaco, el alcohol en exceso y otras sustancias nocivas es fundamental para preservar la salud. El consumo de estas sustancias puede tener efectos adversos graves en el cuerpo y la mente, aumentando el riesgo de desarrollar diversas enfermedades crónicas como cáncer, enfermedades cardiovasculares y trastornos del hígado, entre otras. Además, el abuso de estas sustancias puede llevar a la dependencia, afectando negativamente las relaciones personales, el rendimiento laboral y la calidad de vida en general. Adoptar un estilo de vida libre de estas sustancias promueve la salud integral y el bienestar a largo plazo.
Afortunadamente, hoy en día existen tratamientos efectivos para los trastornos por el uso de sustancias (SUD, por sus siglas en inglés), incluyendo medicaciones de apoyo para tratar los antojos. Estas intervenciones facilitan el proceso de recuperación, ayudando a las personas a superar la adicción y a reestablecer su salud física y mental. El acceso a estos tratamientos puede marcar una gran diferencia en la vida de quienes luchan contra la adicción, permitiéndoles recuperar el control y mejorar su calidad de vida.

Los seres humanos, por naturaleza, somos seres sociales; por lo tanto, mantener relaciones sociales sólidas y un sentido de pertenencia puede tener un impacto significativo en la salud mental y física. Los beneficios de hacerlo van desde proteger contra enfermedades crónicas hasta prolongar la longevidad.
La salud social implica construir y mantener relaciones saludables, fomentar un sentido de comunidad y contribuir a la sociedad.
Las conexiones sociales fuertes proporcionan apoyo, reducen la soledad y mejoran el bienestar general. Los estudios sugieren que la conexión social fomenta comportamientos saludables que ayudan a mantener un peso corporal saludable, niveles adecuados de azúcar en sangre, disminuyen los síntomas depresivos y mejoran las tasas de supervivencia al cáncer.